martes, 10 de mayo de 2011

Memorias de una Pulga - Parte del CAPITULO 1

NACÍ, PERO COMO NO SABRÍA DECIR COMO, cuándo o dónde, y por lo tanto debo permitirle al lector que acepte esta afirmacn mía y que la crea si bien le parece. Otra cosa es asimismo cierta: el hecho de mi nacimiento no es ni siquiera un átomo menos cierto que la veracidad de estas memorias, y si el estudiante inteligente que profundice en estas páginas se pregunta cómo sucedió que en el transcurso de mi paso por la vida —o tal vez hubiera debido decir mi brinco por ella estuve dotada de inteligencia, dotes de observacn y poderes retentivos de memoria que me permitieron conservar el recuerdo de los maravillosos hechos                  y                    descubrimientos                     que      voy       a     relatar,         únicamente                    podcontestarle que hay inteligencias insospechadas por el vulgo, y leyes naturales cuya existencia no ha podido ser descubierta todavía por los más avanzados científicos del mundo.

Oí    decir      en     alguna       parte       que      mi     destino        era     pasarme        la                vida chupando sangre. En modo alguno soy el más insignificante de los seres que pertenecen a esta fraternidad universal, y si llevo una existencia precaria en los cuerpos de aquellos con quienes entro en contacto, mi propia experiencia demuestra que lo hago de una manera notablemente peculiar, ya que hago una advertencia de mi ocupación que raramente ofrecen otros seres de otros grados en mi misma profesn. Pero mi creencia  es  que  persigo  o